Tuesday, September 26, 2006

VIAJE A TRAVES DE CANADA NOTA: LEER DE ABAJO HACIA ARRIBA, O SEA EL DIA 1 ANTES QUE EL DIA 15 ETC. ETC.

Monday, September 25, 2006

DIA 15 760km Calgary - Alberta

Toda vivencia puede ser convertida en una experiencia metafísica. La iluminación nos puede llegar después de semanas de ayuno y silencio en algún lugar de retiro o leyendo a Condorito en el baño. Sin dármelas de trascendental si puedo decir que este viaje cambió para siempre mi manera de ver las cosas. Por otra parte me ha dejado un apego a esos paisajes increíbles que espero nunca perder.

A los valientes que hayan llegado hasta acá les doy las gracias.

Transcanada Distancia total recorrida: 5.615km TIC TACs consumidos: 740

DIA 13 y 14 766km Regina - Saskatchewan

Hoy soy 3 horas más joven que ayer. En efecto, aunque de manera breve, hoy derroté el avance del tiempo. Entre el cruce de usos horarios y el ajuste de la hora debido al cambio de estaciones le he ganado 3 horas a la vida. El reloj del carro marca las 11:45 AM pero mi cuerpo está sintonizado a las 2:45 PM.

Este efecto rejuvenecedor me tienta a continuar el viaje hacia el oeste pero me digo si no estoy forzando mi suerte un poco y jugando con fuerzas ocultas cuyo poder se me escapa (ver “La isla del día de antes” de Eco). Por otra parte quiero ajustarme a mi precario plan inicial de completar el recorrido en 15 días y un olvidado sentido del deber (pues ha llegado la hora de volver a trabajar) me indica que debo llegar a Calgary.

Por lo menos he alcanzado el momento feliz en el cual no sé que día de la semana es.

Recorro los paisajes espectaculares del sur de Saskatchewan en la temporada de la cosecha de trigo. Me habían dicho que esta zona del país podía ser monótona. Estos paisajes, como el mar, pueden ser monótonos pero pueden ser también hipnotizantes y lo hacen sentir a uno en paz con el mundo.

DIA 12 Parque Nacional Prince Albert - Saskatchewan

Decidí que este seria el último día de carpa. Ya estaba cansado de armar y desarmar toda esa infraestructura cada día y los precios de los hostales semi vacíos para esta época eran menores que los del derecho de acampar. Ya había cumplido mi cuota de naturaleza y salía con la frente en alto después de enfrentar a tanta fiera. En la carretera de salida del parque me encontré corriendo sobre el camino a lo que parecía ser un perro negro que salio de la carretera para esconderse entre los árboles apenas me le acerqué y detuve el carro. Desde la espesura me miro con unos espectaculares ojos amarillos con más curiosidad que miedo y lo primero que pensé fue en tirarle un pedazo del pan que llevaba a mano para domesticarlo y llevármelo a Calgary.

(Ver remedo de lobo a la izquierda corriendo sobre la carretera, en los ultimos segundos se esconde entre los arboles, que pena, mis dotes de fotógrafo de la naturaleza son un desastre)

Era parecido a un pastor alemán, de la misma talla, algo flaco y con una cola larga bastante poblada. Pensé que era un perro salvaje o si tenia suerte un lobo. Apenas bajé la ventana salió corriendo. De milagro esta vez había alcanzado a capturar este pequeño video que lleno de emoción le mostré a la funcionaria quien me dijo que no había perros salvajes en la zona o sea que debía ser un lobo negro. Mi felicidad fue total, ahora si puedo volver tranquilo a las grandes ciudades me dije. Esa noche, de vuelta en el Hostal de Regina, hice una búsqueda en Google sobre lobos negros en Canadá y me encontré con esta noticia de un incidente ocurrido exactamente en la playa sobre el Lago Superior en la cual había liberado a Rosita unos días atrás:

Lobo aterroriza veraneantes en una playa canadiense

Pobre lobo, lo tuvieron que matar después de morder a varias personas, de todas maneras espero que no le haya pasado nada a Rosita.

DIA 11 198km Parque Nacional Prince Albert - Saskatchewan

Al día siguiente me levanté sin afanes y a eso de la una de la tarde llegué en carro a la mentada zona sur occidental donde pacían los bisontes. En la zona de parqueo no encontré ninguna caseta ni guardia y no había ningún vehículo adicional, sólo una cartelera en la en donde hacían las tradicionales advertencias acerca de los osos, prevenían sobre los bisontes y recomendaban que los visitantes se registraran en un libro. Me pareció curioso ver en el registro que en los últimos 15 días casi nadie había estado en la zona y la mayoría de personas habían entrado en grupo. Mejor, me dije, así disfruto del bosque solo.

Comencé a caminar, casi siempre en una zona boscosa sobre unas colinas que de cuando en cuando cruzaba zonas planas de pastos largos. Pasaron una hora, dos horas de camino y a la tercera hora en la pradera me detuve a descansar con la certeza de que no vería los benditos bisontes por ninguna parte. En medio del cansancio me decía que me conformaba con un bisonte disecado al lado del cual me pudiera tomar una foto.

El paisaje era espectacular, había un sol radiante como siempre en estos últimos días y al fondo se veía un lago impecable. Emprendí el regreso contento pero algo derrotado y justo cuando estaba por entrar en el último tramo del camino en la parte boscosa los vi. Eran unos 5 o 6 ejemplares, más bien pequeños pastando en calma. Estaban a unos 30m del camino, lleno de nerviosismo me acerqué y saque la cámara para tomar las patéticas fotos que se pueden ver arriba.

Los perspicaces de siempre dirán: -Pero esas motas que se ven ahí no parecen ser bisontes, pueden ser vacas, que estafa. ¿Tanta parla para esto? Si, que pena, cuando traté de acercarme para tomar alguna imagen mejor parecieron notar mi presencia y se adentraron en los árboles. Igual quedé feliz, había cumplido mi objetivo y podía retornar en paz. Esperaba caminar unas 2 horas más hacia el carro, cerrando el círculo de 16km en total.

Llevaba poco caminando por entre los árboles sobre una antigua carretera abandonada cuando escuché a mi derecha un ruido como de ramas rompiéndose. Me detuve y poco a poco los ruidos fueron aumentando en cantidad y en volumen. Parecían ser varios animales de un tamaño apreciable que venían en mi dirección. La sensación que tuve en ese momento fue la misma que sienten los héroes de las películas de monstruos (Cf. Godzilla, King Kong) cuando la bestia se está acercando y solo se oye su sonido y se siente la vibración en el piso.

De un momento a otro, a unos 10 metros a mi derecha apareció el primer bisonte que se detuvo apenas me vio. Era un ejemplar mediano, imagínense a un toro bastante acuerpado con la altura de un caballo, con un pelaje generoso pardo y amarillento. Nos miramos de frente, como esperando a ver quien hacia el primer movimiento y los animales que andaban con él parecieron detenerse también aunque yo no los podía ver. Mi primer reflejo fue salirme del camino hacia mi izquierda y correr con todas mis energías en la dirección del carro pero el condenado bisonte pensó igual pues mientras yo corría y saltaba por entre los árboles sentía que él (y sus miles de compañeros me decía yo) corrían por el bosque en la misma dirección que yo pero al lado derecho del camino. Esta carrera duró menos de un minuto hasta que dejé de escuchar los pasos de las bestias. Salí de nuevo al sendero con el corazón el la mano mientras buscaba con la mirada alguna señal de los bisontes entre los árboles. En ese instante adelante, sobre la vía a unos 50 metros de donde yo estaba, salieron 2 ejemplares que se detuvieron por algunos segundos a mirarme.

Viéndolos sobre el camino me sentí totalmente vulnerable y me dije que carajos hacia yo solo en medio de este bosque desconocido, de donde me había dado por dármelas de boy scout a estas alturas del partido y que bien estaría yo ahora en mi casita de Montreal tomándome mi café de la tarde oyendo música.

Los bisontes se metieron a la izquierda del camino, seguramente temerosos de mí y decidí correr en dirección a donde habían estado (que era hacia donde yo me dirigía en un principio) haciendo ruido y llevando en la mano el famoso gas anti-osos. Corrí como nunca lo había hecho en mi vida, lleno de temor y gracias al cielo nunca mas los volví a ver o a escuchar. En el trayecto hacia el carro, que hice en casi media hora, nunca dejé de mirar hacia atrás caminando tan rápido como mi estado físico me lo permitía. Cuando llegué al carro me sentía como un superviviente.

A pesar del stress mi espíritu “científico” no me abandonó y tuve tiempo de mirar el reloj de medir las pulsaciones que me había colocado desde el principio de la caminata: 170 pulsaciones por minuto cuando estaba corriendo después de verlos por última vez. Me intriga ver cuantas pulsaciones por minuto alcancé justo en el momento del encuentro, apenas logre bajar la curva al computador la colocaré en esta página esperando que alguien pueda demostrar les efectos benéficos para el corazón y el potencial de quema de calorías del terror puro.

Ya en el carro emprendí el regreso de 2 horas de carretera destapada hacia el campamento y después de andados algunos kilómetros me encontré de frente con una de las tantas granjas de bisontes que hay ahora en Saskatchewan. Me vine a enterar después de cómo la cría de bisontes se halla en pleno crecimiento y su carne es más nutritiva y hay miles de bisontes cautivos y bla, bla, bla, bla.

-¡Hubieran dicho antes no joda! Le grité al firmamento con el puño en alto. En fin, un día increíble y tiempo para tomar un par de fotos.

Al volver a la entrada principal del parque le conté a la funcionaria el incidente de los bisontes y me dijo que esta época era peligrosa y que era mejor verlos en las granjas pues su comportamiento era impredecible.

¿No jodas, en serio? Es que como no hacen caso, en fin acá estoy riéndome del peligro y listo para repetir el paseo.

Volví a la zona de camping ya a oscuras y noté que ya no había ninguno de los otros lugares de camping ocupados, siendo un domingo de mediados de septiembre ya todos los locales habían vuelto a sus casas.

Hay 70 lugares disponibles y mi carpa es la única instalada en medio de los árboles. Maldito sea el momento en que escogí este lugar apartado, esta noche hubiera preferido el ruido de los borrachos y de las fogatas vecinas. Con la paranoia del día más agitado hasta el momento me comí un arroz con atún a medio y cocinar y me metí a la carpa a dormir aferrado toda la noche al que se había vuelto ya para mí el mejor amigo: el gas anti-osos. La noche fue larga y como es costumbre cuando se acampa me desvelaron una multitud de ruidos extraños del bosque.
DIA 10 572km Parque Nacional Prince Albert - Saskatchewan

En Canadá solo existen 320 búfalos (mejor llamados bisontes) de la pradera en estado natural, todos ellos en el parque Nacional Prince Albert.

Desde Regina salí en la mañana hacia allá, diciéndome que a pesar de mi primer frustrado contacto con la cultura de los aborígenes aun podía tocar algo de la legendaria historia del oeste norteamericano admirando a estas bestias en constante peligro de extinción.

Me registré en la cabina de información e indagué con una de las siempre amables empleadas del parque:

-Si, con algo de suerte los puede ver en la zona sur occidental, es a unos 100km de acá, el camino es una carretera sin pavimentar y hay que hacer una caminata de 5 horas. De todas maneras le recomendamos que tenga cuidado pues aun estamos en la temporada de apareamiento y los machos pueden ser algo agresivos.

No pues, que chimba, pensé: ardillas locas, osos hambrientos y búfalos en celo. ¿No tendrán por ahí unos pumas rabiosos de postre? Bacano la naturaleza y eso pero barájenme estas bestias despacio que acabo de llegar y a pesar de que fui miembro del club de Amigos de la Naturaleza (de la muy respetada doña Gloria Valencia de Castaño) los deportes de alto riesgo nunca han sido mi fuerte.

Escogí mi lugar de acampar en una zona retirada del parque, sin embargo había un par de carpas y trailers en la zona.
DIA 7 Y 8 180km Winnipeg - Manitoba

Me hospedo en hostal de locos en donde encuentro gente de todos los lugares del mundo que darían para hablar carreta por mucho tiempo.

Al día siguiente recorro el apasionante pasado francés del país en el impecable museo de Saint Boniface, un lugar que debería ser de visita obligada para todos los francófonos del país.

DIA 9 579km Regina - Saskatchewan

Llego a esta ciudad perfecta en donde me sorprende la amabilidad de los conductores en la calle pues se detienen para dejar pasar a los peatones. En un restaurante de comida rápida la cajera me pregunta de donde vengo y me da la bienvenida al oeste de Canadá, demostrando la amabilidad típica de la gente de esta provincia.

Los hostales me están malcriando y se me está haciendo cada vez más difícil volver al camping, que mal.

DIA 6 650km Whiteshell - Manitoba

El enfrentamiento que me permito describir a continuación fue una repetición de la lucha a muerte que hombres y animales libran desde el comienzo de los tiempos, batallas frecuentes en estos lugares de frontera que los humanos invadimos tratando en vano de dominar un territorio que no nos pertenece.

Comencé a recoger el campamento a eso de las nueve de la mañana, había dejado las puertas del carro abiertas para acomodar las cosas. Al ir a guardar la carpa noté un ruido extraño y me sorprendí al ver a un a pequeña ardilla encima de un paquete de pan que había dejado sobre el asiento trasero. Se sobresaltó al notar mi presencia pero para mi sorpresa no salió espantada del carro, al contrario me miró de manera desafiante y lanzó un chillido que similar al ruido que hacen los gatos antes de atacar.

Sin hacer movimientos bruscos y sin soltar la mirada profunda de esos ojos inyectados en sangre retrocedí. Llenándome de un valor que solo el olor de la muerte puede despertar en un hombre acorralado y sacando coraje de donde no tenia me agaché y tomé el frasco de gas anti-osos que había dejado bajo el asiento delantero.

Di unos pasos hacia atrás muy lentamente sin soltar la mirada hostil de esa fiera enloquecida por el hambre. Podía sentir su respiración cortada, su odio ancestral e indómito hacia los hombres. Estaba tan cerca de mí que notaba bajo su pelaje el latido frenético de su corazón palpitante. Sin que ella lo notara desenfundé el frasco, levanté el seguro y la enfrenté dispuesto a vaciar la carga mortal de gas de pimienta en esos ojos hinchados.

Según mis cuentas tenía gas suficiente para tumbar a 4 osos por lo que el efecto sobre una ardilla de 10 centímetros de altura tendría que ser notable. Al notar mi avance resuelto se echo para atrás y saltó del carro hacia el bosque, no sin antes lanzar su grito infernal y desafiante que me heló la sangre y que los árboles frondosos multiplicaron en un eco terrorífico. Un triunfo más de la humanidad.

Nota: los inútiles excesos verbales del fragmento anterior se pueden explicar por la lectura emprendida en las últimas semanas de libros de aventuras de Jack London y Joseph Conrad como entrenamiento para mi conquista del oeste canadiense.

Los estragos de la épica batalla se pueden ver sobre la pobre bolsa de pan de la foto

DIA 5 780km Thunder Bay - Ontario

Con el ánimo de descansar por una noche del ajetreo del camping decido pasar la noche en un hostal muy recomendado por mi guía turística. Apenas llego me recibe una angelical señora de edad que apenas tiene tiempo de entregarme la llave pues va de salida hacia la ciudad. Me dice que estoy en mi casa, que haga lo que quiera. Todas las puertas están abiertas y he quedado encargado del hostal.

Un rato después llega un man quien dice ser un vecino con una camioneta cargada de manzanas recién recolectadas y me dice si puede dejar algunas pues tiene miedo de perderlas. El sabe que a este lugar llega mucha gente (por lo general varada y hambrienta) y piensa que tal vez las podamos usar.

Esta primera muestra de la amabilidad innata del canadiense de campo, generoso y hospitalario hasta el extremo.

Pato a la naranja

Los rayos del sol de la mañana rebotaban sobre el borde tranquilo del lago. El viento frío que comenzaba a llegar del norte y que tocaba sus plumas brillantes presagiaba la llegada de la nueva estación.

La carrera grácil sobre el agua, el aleteo cadencioso de esas alas livianas pero portentosas y ese elevarse sobre el agua despacio sobre las olas mañaneras del lago eran un espectáculo silencioso que los vecinos del lago solían admirar extasiados.

Este ejemplar imponente era el líder natural del grupo y había sobrevivido un número incontable de migraciones al sur. En la manada se rumoraba que hasta se había escapado de manera milagrosa de la masacre por envenenamiento que había cobrado la vida de miles de patos en un país remoto de Suramérica hace tiempos. Era un superviviente en todo el sentido de la palabra y su vuelo enérgico era una fuente de respeto y admiración entre los patos más jóvenes.

De repente se elevó con toda la gracia de la especie sobre el lago de aguas frías, empezando a tomar altura en un largo y paciente impulso, atravesando la cinta asfáltica que dividía el lago en dos, sintiendo en su pequeño y delicado rostro el viento contrario, extendiendo sus alas enormes sobre la extens¡BUMP!

¡Mierda!

¿Qué fue eso? ¿Un pato? Que susto más verraco, menos mal no le pasó nada al vidrio, a esta velocidad -100km/h- semejante golpe lo hubiera podido romper. Que cagada, mi primer roadkill (buena palabra del inglés ésta, traducible algo así como “muerto de carretera”). Espero que sea el único.

DIA 4 280km Parque Nacional Lago Superior - Ontario

La organización en los parques naturales es impecable, por lo general entregan volantes con toda la información del lugar con un gran nivel de detalle. Leo por ejemplo esto:

Instrucciones para “hacer del cuerpo” al aire libre -Retirarse a una distancia de 35 a 50 metros del borde de lago o de los caminos peatonales -Excavar un hueco de 10 a 15 centímetros de profundidad -Cubrirlo al culminar la operación, asegurándose de que no queden huellas -Utilizar un mínimo de papel higiénico.

A la salida del parque, en una playa espectacular sobre el lago Superior libero a Rosita quien se ha convertido en una araña robusta y que parece tener problemas para colarse de nuevo bajo el espejo. Con cuidado hago que se suba sobre una pequeña rama y la deposito sobre un musgo acogedor que parece gustarle. A partir de ahora tendré que enfrentar el largo camino solo.

Video de unos de los cientos de lagos que encuentro cerca de la carretera:
DIA 3 534km Shoals Park – Ontario

Hoy en el carro en una carretera secundaria recorrí un tramo de 110km sin cruzar ningún carro ni edificación en ninguno de los sentidos, increíble. Ninguna estación de gasolina, ninguna casa, árboles, lagos y más árboles.

Tras la huella de los pieles rojas

Andando por las pequeñas carreteras del norte de Ontario veo varias señales que anuncian las zonas de reservas indígenas. Este es el territorio de las antiguas tribus Iroquesas: Mohawks, Onondagas, Oneidas y más al oeste los Sioux.

Me decido a entrar a una tienda en una reservación con la excusa de comprar una botella de whisky barato y sin impuestos pero con la intención secreta de entablar una conversación aunque sea breve con algún heredero de esas tribus heroicas.

El tendero es un indio malencarado y huraño pero con alegría noto que sus facciones tienen un marcado aire colombiano, por lo menos nos identifican la misma barba rala y despoblada (recuerden que los chibchas no tenían barba) y el tono de piel. Somos lo que los formularios gubernamentales llaman una “minoría visible”. A pesar de su sequedad le tiendo la clásica trampa de la conversación local:

-¿Que buen clima está haciendo no

-¿Huh?

-El sol, hace mucho sol

Me da la espalda con desprecio.

-¿Estoy muy lejos de Wawa?

- …....

-Gracias

-Mmmphhh

Compro una Coca-Cola y salgo con el rabo entre las piernas, ni siquiera me miró a los ojos. Mis ilusiones sobre las grandes razas indias del norte de América quedaron destruidas para siempre.

DIA 2 366kmTemagami - Ontario

Este es el primer parque natural que encuentro cerca de la vía. Instalo mi carpa y en la zona de las duchas veo un aviso que anuncia el avistamiento reciente de un oso negro en la zona por lo cual se deben tomar precauciones especiales con la comida y los desechos. Como era de esperarse la noche no fue de lo más tranquila y al otro día madrugué a un almacén de provisiones para cazadores y compre un spray anti-osos que más parece un pequeño extintor.

Leo las instrucciones que no dejan de ser algo inquietantes: “Cuando el oso se aproxime y se encuentre a unos 4m de distancia apunte el spray hacia su cara preferiblemente hacia los ojos. La duración del chorro es de 7 segundos”.

Bacano, lástima que no expliquen si hay que apuntar al ojo izquierdo o al derecho de los poco juguetones osos.

DIA 1 230kmFengrew - Ontario

Emprendí el viaje solo, aunque debo mencionar a Rosita, una pequeña araña de jardín que se alojó desde hace algunas semanas bajo mi espejo retrovisor. Lleva días reconstruyendo puntual la tela que el movimiento del carro deshace a cada rato. Espero que la comida de las nuevas regiones que voy a recorrer no le siente mal.

La salida de la ciudad está como siempre congestionada, cuando logramos escapar del tráfico Rosita se despide para siempre de la ciudad que la vio nacer haciéndole pistola a la congestión infernal y volviendo a su refugio bajo el espejo.

Llegada la tarde me detengo en Fengrew en una zona de camping privada con muchas comodidades, llena de trailers y definitivamente poco pintoresca. Espero encontrar lugares más auténticos de acá en adelante para apegarme a la filosofía del viaje.

Primera noche de camping

¿Quien dijo que las noches al aire libre podían ser monótonas? Mi plan de anoche consistió en contar el número de unidades que vienen en una caja de TIC TAC.

Son 37 en promedio, durante el trayecto de hoy consumí dos cajas completas y anduve unos 280km lo que me permite concluir que estoy a unos 488 TIC TACs de mi destino final. Teniendo en cuenta que cada uno de ellos tiene el equivalente a 0,50 calorías y que al manejar consumo alrededor de 120 calorías por hora puedo concluir que deberé trotar durante 3 horas cuando llegué a Calgary para compensar.

Esta es una pequeña muestra del tipo de pensamientos profundos e impactantes que la soledad y la contemplación de la naturaleza salvaje nos pueden brindar. Estoy seguro que este viaje me llenará de muchas conclusiones importantes sobre la vida y la naturaleza humanas.

Plan y reglas del viaje

Hice este viaje de Montreal a Calgary entre el 31 de agosto y el 15 de septiembre, me mudé de ciudad detrás del elusivo Dorado petrolero de Alberta. Estas fueron las reglas del recorrido:

-Evitar al máximo las vías principales y las ciudades de más de 5.000 habitantes

-No hacer ningún tipo de reservación (las zonas de camping en Canadá por lo general aceptan reservaciones)

-No planear nada con más de un día de anticipación

-Tiempo para llegar hasta Calgary debe ser máximo de 18 días

-Conocer la mayor cantidad de parques naturales posible

Implementos básicos:

-Ipod con 6.500 canciones: 1

-Colchón inflable doble de 20cm de espesor con bomba de inflar eléctrica y recargable: 1

-Almohadas de plumas: 2

-GPS sistema de posicionamiento global: 1

-Cajas de TIC TACs para engañar el hambre mientras manejo: 36

-Tarros de atún en aceite: 18

-Frasco de 400ml de ají marca Tabasco capaz de cambiarle el sabor a la más desabrida de las comidas: 1