Saturday, August 29, 2009

El sistema de obtención de una licencia de posesión de armas en Canadá es bastante complejo. Algo deben estar haciendo bien pues a pesar de que hay varios millones de armas registradas los indicadores de violencia con arma de fuego son mínimos.

Asistí a una clase de entrenamiento en donde debía pasar un par de pruebas prácticas y escritas que me permitirán obtener la licencia que se necesita para hacer ensayos en los clubs de tiro.

El instructor adobó la charla de varias horas con un tono anti-gobiernista y Libertario, denigrando de la burocracia Liberal que según él le roba la plata a los humildes Canadienses en el intrincado proceso de registro de armas.

Si tenía esperanzas de ampliar mi reducido círculo social en Calgary con este evento me terminé de joder pues los caracteres que encontré a pesar de ser amables no parecían de lo más deseable. Estas fotos pirateadas se parecen mucho a los especímenes que asistieron ese día a pasar las pruebas teóricas y prácticas:

Este era un muchacho flaco, pálido y tembloroso que destilaba una desconfianza marcada en la raza humana. Vestía jeans estrechos, una camiseta negra y una bufanda. Miraba siempre hacia el piso y casi que se podían leer sus pensamientos: espérense a que me consiga esa pistola, los cacorros del barrio no saben lo que les espera, vamos a ver quién es el guevón y el mariquita. A joder a su madre por el peinado, cabrones.

Una cucha de origen chino que cada vez que tomaba un rifle para hacer las pruebas de cargas y descarga de la munición nos ponía a temblar con la maldita maña de apuntar el canon del arma hacia todas partes. No parecía dominar muy bien el idioma por lo que el instructor le tuvo que soplar la mitad de las preguntas del test escrito.

Tres rusos agresivos y recocheros con el perfil del traqueto universal: pantalones y camisas negras, arete en la oreja derecha, amplia joyería e irrespeto a la autoridad (en este caso el infeliz instructor). Quien parecía ser el líder era un buen conversador, con pantalón de sudadera y camiseta negra, tenis de cuero blancos y cadena de oro y decía venir de Moldavia.

El tipo de preguntas que hicieron estos simpáticos chiquilines durante la jornada fue de este corte:

- Y hay algún limite en el numero de armas que puedo comprar y poseer?

- Y si compro una pistola la puedo cargar entre el carro?

Al lado de ellos estaba sentado un redneck de malas pulgas, ojeroso, de barba desordenada y pelo largo (peinado conocido como Mullet) con una cachucha que decía: Mátalos a todos y que Dios escoja. Su pregunta:

- Esos comunistas del gobierno se están demorando hasta 6 meses en expedir las licencias, que carajo voy a hacer si veo una pistola que quiero comprar ya?

A pesar de haber sido la victima de un par de robos acá en Canadá, no tengo ninguna intención de comprar una arma pero si estoy interesado en practicar tiro al blanco de manera deportiva.

El único peligro que se vive en Canadá y para el cual nos tocaría tomar las armas es la agresiva política de expansión hacia el Polo Norte de Rusia tras de unas supuestas riquezas minerales.

1 comment:

JCV said...

... y qué mejor que en ese poker de ases esté un compatriota de Pablo Escobar, de los afamados narcoguerrilleros y narcoparamilitares, y ex aspirante a edil de Ubaté? Humildemente creo que sus amenazas no son del orden geopolítico: lo veo más como carnada de osos polares o grizzlies.